The people of Tompkins Conservation, who are working in three countries on two continents, are appalled by the Trump administration’s decision to withdraw U.S. participation in the Paris agreement. While insufficient to address the climate crisis, the Paris accord is a useful first step toward bolder, binding action that moves human society toward a low-carbon energy future.
Beyond the richly deserved condemnation from around the world, the Trump administration’s action deserves to be analyzed, ridiculed, and contrasted with the leadership shown by other national governments around the globe. In Chile and Argentina, where our national park creation and rewilding efforts are helping build resiliency to climate change, Presidents Michelle Bachelet and Mauricio Macri, respectively, have articulated their strong commitment to the growing international movement to address climate change.
More important than words, however, the Bachelet and Macri governments have taken decisive action in recent months to expand protected areas that sustain vital wildlife habitat and sequester carbon. Both of these leaders have explicitly drawn the connection between habitat conservation and their nations’ commitments to mitigate climate change, understanding that the crucial task of transitioning toward a clean energy economy is only part of confronting the climate crisis.
At Tompkins Conservation, we believe that the willful ignorance of some political leaders can and will be trumped by the concerted actions of individuals, governments, and nongovernmental organizations across the planet who are working for a durable future—for all life on Earth. We are more committed than ever to use our energy, expertise, and resources to advance hopeful, durable projects that protect wild nature, benefit human communities, and help minimize climate chaos. With every hectare protected and species recovery effort implemented, we are acting with our hearts and hands to create a world with adequate habitat for all and a stable climate that supports flourishing natural and human communities.
Foto: Justin Lotak
2 de Junio, 2017 – Las personas de Tompkins Conservation, quienes están trabajando en tres países en dos continentes, están muy preocupadas por la decisión del Gobierno de Trump de cancelar la participación de EE.UU. en el acuerdo de París. A pesar de ser insuficiente para enfrentar la crisis climática, el acuerdo de París sirve como un primer paso muy importante para llevar a la sociedad hacia una mayor determinación y compromiso para crear un futuro con energía baja en carbonos.
Más allá del enorme y bien merecido rechazo de todo el mundo, esta acción por parte del Gobierno de Trump debe ser analizada, ridiculizada y contrapuesta con el liderazgo demostrado por otros gobiernos alrededor del mundo. En Chile y Argentina, donde nuestros esfuerzos de creación de parques nacionales y rewilding están ayudando a consolidar resiliencia frente al cambio climático, los presidentes, Michelle Bachelet y Mauricio Macri, respectivamente, han articulado su fuerte compromiso con el creciente movimiento internacional que busca encontrar una solución al cambio climático.
Sin embargo, más allá de las palabras, estos últimos meses los gobiernos de Bachelet y Macri han llevado a cabo acciones decisivas para expandir áreas protegidas que sustentan hábitats de vida silvestre vitales y secuestran el carbono. Estos dos líderes han mostrado de manera explícita la conexión entre la conservación del hábitat y sus compromisos nacionales para mitigar el cambio climático, entendiendo que la transición hacia una economía de energía limpia, la cual es de primordial importancia, es sólo una parte de la solución para el cambio climático.
En Tompkins Conservation, creemos que la ignorancia intencional de algunos líderes políticos puede y será superada por medio de acciones organizadas de individuos, gobiernos, y organizaciones no gubernamentales en todo el planeta que están trabajando por un futuro durable, para toda la vida en esta Tierra. Estamos más comprometidos que nunca para usar nuestra energía, experiencia y recursos para seguir impulsando proyectos duraderos y esperanzadores que protejan la naturaleza silvestre, beneficien a las comunidades humanas y ayuden a minimizar el caos climático. Con cada hectárea que se proteja y cada esfuerzo de recuperación de especie que se implemente, estamos actuando desde nuestros corazones y con nuestras propias manos para crear un mundo que tenga un hábitat adecuado para todos, y un clima estable que apoye la prosperidad para las comunidades naturales y humanas.