Douglas Tompkins: A Force for Nature

Dec 9, 2015 | Other

Kris and Doug Tompkins

Douglas Tompkins

1943-2015

Press release from Tompkins Conservation [Foundation for Deep Ecology, The Conservation Land Trust, Conservacion Patagonica]

December 8, 2015

Douglas Rainsford Tompkins, 72, one of the Earth’s foremost conservationists, died today following a kayaking accident on Lago General Carrera in Chilean Patagonia. Through charitable organizations he and his wife, Kristine McDivitt Tompkins, founded, the Tompkinses have acquired roughly 2.2 million acres of conservation land, part of which comprises the world’s largest private nature reserve, Pumalin Park in southern Chile. Using persuasive advocacy and land donations to the national park systems of Chile and Argentina, the Tompkinses have helped create five new national parks in South America, expand another, and are working to establish several more. For his parklands protection efforts and organic farming projects, Douglas Tompkins received numerous honors.

A mountaineer with first ascents on multiple continents, Douglas Tompkins was known as the entrepreneur who founded The North Face outdoor retailer and cofounded the Esprit clothing company with his first wife, Susie Tompkins (Buell).  After leaving the business world “to pay his rent for living on the planet,” as Tompkins frequently said, the businessman-turned-conservationist spent the last quarter-century of his life living in South America. Through a suite of charitable organizations (see Tompkinsconservation.org) he worked to create parks, buy and restore degraded farmlands, and help advance conservation activism.

An American citizen, Tompkins’s land acquisitions and environmental activism were sometimes controversial in his adopted home, although he worked with two Chilean presidents of different political parties to establish national parks and was similarly successful in Argentina. His participation in the multiyear campaign to prevent a massive hydroelectric project that would have dammed wild rivers in Chilean Patagonia was crucial. That fight was ultimately won due to the tenacity of dam opponents and Tompkins’s funding and strategic input.

Deeply influenced by the Norwegian philosopher Arne Naess, Tompkins was a supporter of “deep ecology,” believing that a shallow, reform-minded environmentalism was doomed to fail. Only through deep structural changes to society and adoption of an ecocentric land ethic—a belief that humans were but a member of the community of life and not lord over it—would humanity reverse its rush toward, as Tompkins often said, “the dustbin of history.” A vocal critic of megatechnology, Tompkins devoted considerable funding to technology criticism and was widely read in the literature on that topic.

At his core an activist for nature and beauty, Tompkins possessed an incredible love for the wild world he explored in climbing and paddling trips. He combined this with a refined aesthetic sense reflected in the scores of buildings he designed through the years for his parkland and farm restoration projects. After “cheating death” so many times on perilous climbing expeditions to some of the planet’s most remote places, Tompkins was enjoying a kayak camping trip with friends on South America’s second largest lake when the accident occurred.

Douglas Tompkins leaves behind his beloved wife Kristine Tompkins; his mother Faith Tompkins and brother John C. Tompkins of Millbrook, NY; daughter Summer Tompkins Walker and son-in-law Brooks Walker and their children Brooks Thomas Walker, Della Walker, and Susie Kate Walker of San Francisco; daughter Quincey Tompkins Imhoff and son-in-law Dan Imhoff and their children Gardner and Willa Imhoff of Healdsburg, CA.

For those who wish to support the continuation of Douglas Tompkins’s life work, we welcome your contribution to Conservacion Patagonica and the Conservation Land Trust. The work that Kristine and Douglas Tompkins began decades ago is ongoing. Thank you for helping us continue this vital work to restore wildness and create new possibilities for nature and people in Patagonia.

Contact information: Tompkins Conservation (415) 229-9339

Tom Butler, tbutler@gmavt.netKris and Doug Tompkins

Douglas Rainsford Tompkins, de 72 años, uno de los conservacionistas más importantes del planeta, murió el martes 8 de diciembre de 2015 después de un accidente en kayak en el Lago General Carrera en la Patagonia chilena. A través de las organizaciones sin fines de lucro que fundó junto con su mujer, Kristine McDivitt Tompkins, los Tompkins compraron cerca de 890.000 ha de tierras para la conservación, formando parte de la reserva natural privada más grande del mundo, el Parque Pumalín en el sur de Chile. Gracias a su defensa persuasiva y la donación de tierras a los sistemas de parques de Chile y Argentina, los Tompkins han ayudado a crear cinco nuevos parques nacionales en Sudamérica, además de expandir otro, y cuyos esfuerzos continúan para establecer varios más. Su trabajo para la protección de parques, y sus proyectos de campos orgánicos, le han otorgado a Douglas Tompkins varios honores.

Montañista con primera ascensión en distintos continentes, Douglas Tompkins fue conocido como el emprendedor que fundó la compañía de ropa deportiva, The North Face, y cofundó la empresa Esprit junto a su primera mujer, Susie Tompkins (Buell). Después de dejar el mundo de los negocios “para pagar el arriendo por vivir en este planeta,” como solía decir Tompkins, el empresario-convertido-en-conservacionista pasó los últimos veinticinco años de su vida viviendo en Sudamérica. Por medio de un conjunto de organizaciones de filantropicas (ver Tompkinsconservation.org), trabajó para crear parques, comprar y restaurar campos degradados, y ayudar a propiciar el activismo por la conservación.

Al ser ciudadano estadounidense, sus adquisiciones de tierra y activismo por el medio ambiente fueron a veces un tema controversial en su nuevo hogar, a pesar de que haya trabajado con dos presidentes chilenos de diferentes partidos políticos para establecer parques nacionales, y haya sido similarmente exitoso en Argentina. Su participación en la campaña que duró 7 años para prevenir un enorme proyecto hidroeléctrico que planeaba represar los ríos silvestres de la Patagonia chilena fue fundamental. Esa lucha finalmente fue ganada gracias a la tenacidad de los oponentes a la represa y el financiamiento y los aportes estratégicos de Tompkins.

Profundamente influenciado por el filósofo noruego, Arne Naess, Tompkins fue partidario de la “ecología profunda,” con la convicción de que un medioambientalismo superficial y reformista estaba destinado a fallar. Solo a través de cambios estructurales profundos en la sociedad y la adopción de una ética ecocéntrica por la tierra—la creencia de que los seres humanos son más bien miembros de la comunidad por la vida y no sus dueños—puede la humanidad lograr revertir su precipitación hacia lo que Tompkins solía describir como “el basural de la historia.” Siendo también un fuerte crítico hacia la mega tecnología, Tompkins dedicó un financiamiento considerable para apoyar la crítica de la tecnología, y fue ampliamente leído en la literatura de este campo.

En esencia un activista por la naturaleza y su belleza, Tompkins poseía un amor indescriptible por el mundo natural que exploraba en sus paseos escalando montañas y remando en kayak. Logró combinar esta devoción con un sentido estético refinado que se refleja en los apuntes de los edificios que diseñó a través de los años en sus proyectos de parques y restauración de campos. Después de haberle “hecho trampa” a la muerte tantas veces en riesgosas expediciones de escalada en algunos de los lugares más remotos del planeta, Tompkins estaba disfrutando de un paseo en kayak con sus amigos en el segundo lago más grande de Sudamérica cuando el kayak en que navegaba se volcó precipitándose a sus correntosas y heladas aguas de las que fue rescatado luego de una hora de tremenda lucha, en un intenso esfuerzo de sus compañeros y un piloto de helicóptero local, con una hipotermia severa de la que no se pudo recuperar y que finalmente le provocó la muerte unas horas después en el Hospital de la ciudad de Coyhaique, capital de la Región de Aysén.

La noticia de su muerte ha sido recibida con pesar y conmoción en la sociedad chilena y con miles de muestras de reconocimiento y afecto por su ejemplo de vida, su compromiso ambiental y legado de conservación reflejado en las áreas protegidas que ha dejado. La Presidenta de la Republica, Michelle Bachelet, declaró luego de su deceso. “EL fue un hombre innovador y generoso en la protección del patrimonio natural del planeta…su obra es de importancia global y su verdadera vocación fue la filantropía. Habla de una mirada de gratitud hacia los otros y sobre todo de compromiso hacia las generaciones que vienen. Desde un comienzo Douglas Tompkins dejó en claro que los parques y santuarios que él tenía en Chile pasarían a ser bienes públicos, como ya lo hizo con el Parque Yendegaia. En nombre de Chile le queremos agradecer su espíritu ecologista y visionario”, expresó.

Douglas Tompkins ha dejado atrás a su querida esposa, Kristine Tompkins; a su madre, Faith Tompkins, y hermano, John C. Tompkins de Millbrook, NY; a su hija, Summer Tompkins Walker, su nuero, Brooks Walker, y a sus hijos, Brooks Thomas Walker, Della Walker, y Susie Kate Walker de San Francisco; a su hija, Quincey Tompkins Imhoff, su nuero, Dan Imhoff, y sus hijos, Gardner y Willa Imhoff de Healdsburg, CA.

Información de contacto: Tompkins Conservation (415) 229-9339

Tom Butler, tbutler@gmavt.net