Farming and restoration at the Hornopiren Farm: A chat with Héctor and Nancy Oyarzún

Dec 10, 2012 | Other

For almost eleven years, Hector and Nancy Oyarzun have managed the picturesque and productive Hornopiren farm, part of the Pumalin Project.  This farm lies only 60 miles (100 km) south of Puerto Montt by the Carretera Austral (the Southern Highway) making it more accessible than the other farms of the Pumalin Project.  Dramatic views of the Hornopiren Volcano, the centerpiece of the nearby Hornopiren National Park, make this farm also one of the most beautiful.

Hector and Nancy began their work at Hornopiren shortly after Doug and Kris acquired the property.  They had their work cut out for them: the farm was a textbook example of poor management practices, bearing the scars of poor forestry and agricultural practices, as well as illegal dumping and timber processing.  After over a decade of restoration work, Hector, Nancy, and those working alongside them have transformed Hornopirén into a healthy and beautiful farm once again.

The vast majority of its 855 acres (346 hectares) remain uncultivated Valdivian temperate rainforest, providing prime habitat for rare wildlife such as the pudú, the world’s smallest deer.  Herds of cattle and sheep graze on restored pastures. The organic greenhouses, vegetable garden and berry plantation use an innovative composting system to provide nutrients to plants.  Organic honey production rounds out the farm’s diverse productive activities.

Hector and Nancy took a break to answer a few questions about working at Hornopiren and their experience there.

Q: Where are you from?

A: We are both from Osorno, a city north of Puerto Montt, and grew up farming there.

Q: What has led you to stay so long at Hornopiren?

A:  Hornopiren is a very peaceful, beautiful, well-organized farm.  It’s a pleasure to spend time here, and we’re very happy with our work.  This is the biggest challenge we’ve ever taken on, but also the most satisfying

Q: What are the challenges of managing this farm?

A:  The restoration process was long and challenging, and we often had to experiment to figure out the best technique, since this type of restoration work has not been done before in this region.  Over the years, we’ve shifted our balance of sheep and cattle, trying to figure out which livestock makes the most sense ecologically and economically.  We work every day to farm with nature, but that can be a difficult, complicated project.

Q:  What is your favorite part of your work day?

A:  When we return to the farm on Monday morning, to figure out the challenges and lessons of the next week of work!

Q: In your experience, what is unique about working as part of the Pumalin Project?

A:  Doug is a great leader and boss: he believes in us and trusts us based on our track record here, and gives us the opportunity to do what we love most—working on a farm, close to nature and wildlife.  We receive great advice from him and Carlos Zambrano (manager of Pumalin Park and Project), but also have the space to work independently.  We really feel that we are part of a big family of motivated, like-minded people.

Hornopiren features a restored wooden farmhouse, build decades ago in the regional style, maintenance and equipment sheds, and fixed-up interior farm roads.

The mighty Hornopiren volcano provides a grand background for berry plantations.

Fences and walkways are constructed in the traditional local style.

Hector and Nancy sell many of the vegetables they produce at the local market in the town of Hornopiren.

All cattle are raised organically and entirely on pastures.

The farm produces a wide variety of berries: blueberry, raspberry, gooseberry, murta, and sarsaparilla.

Additional supervision by dog!

 

Durante casi once años, Héctor y Nancy Oyarzún han administrado el pintoresco y productivo Campo Hornopirén, el cual forma parte del Proyecto Pumalín. Este campo se ubica a sólo 100 km al sur de Puerto Montt en la Carretera Austral permitiendo que sea más asequible que otros campos del Proyecto Pumalín. Las impresionantes vistas hacia el Volcán Hornopirén, la pieza central del cercano Parque Nacional Hornopirén, hacen que este campo también sea uno de los más hermosos.

Héctor y Nancy comenzaron a trabajar en Hornopirén poco tiempo después de que Doug y Kris compraran la propiedad. Tenían un trabajo muy difícil por delante: el campo encarnaba todo lo que son las malas prácticas de administración, llevando consigo las cicatrices de un mal manejo de prácticas forestales y agrícolas, así como también los deshechos y el procesamiento de madera ilegales. Después de más de una década de trabajos de restauración, Héctor, Nancy y aquellos que trabajaron junto con ellos han transformado la propiedad de Hornopirén nuevamente en un campo sano y hermoso.

La gran mayoría de sus 346 hectáreas permanecen como bosque templado Valdiviano sin cultivar, sirviendo como hábitat primordial para las especies de vida silvestre inusuales como el pudú, el ciervo más pequeño del mundo. Las manadas de ganado y ovejas pastan en los pastizales restaurados. Los invernaderos orgánicos, el huerto de verduras y los cultivos de frutos del bosque utilizan un innovador sistema de composta que provee nutrientes a las plantas. Finalmente, la producción de miel orgánica completa la variedad de actividades productivas del campo.

Héctor y Nancy se tomaron un momento para responder algunas preguntas sobre como es trabajar en Hornopirén y comentar sus experiencias.

P: ¿De dónde son ustedes?

R: Los dos somos de Osorno, una ciudad al norte de Puerto Montt, y crecimos trabajando en el campo allá.

P: ¿Qué los ha llevado ha quedarse tanto tiempo en Hornopirén?

R:  Hornopirén es un campo hermoso, bien organizado y lleno de paz. Es un placer pasar el tiempo acá y somos muy felices con nuestro trabajo. Este es el desafío más grande que jamás hemos tenido pero también el más satisfactorio.

P: ¿Cuáles son los desafíos de administrar este campo?

A:  El proceso de restauración fue largo y desafiante y muchas veces tuvimos que experimentar para encontrar la mejor técnica, ya que este tipo de restauración nunca se había hecho en esta región. Con el paso de los años, hemos cambiado el equilibrio de las ovejas y el ganado, tratando de averiguar que tipo de ganado tiene más sentido ecológica y económicamente. Todos los días nos esforzamos para trabajar la tierra con la naturaleza, pero eso puede ser un proyecto difícil y complicado.

Q:  ¿Cuál es la parte que más les gusta de su trabajo? 

R:  ¡Cuando volvemos al campo el lunes en la mañana para tratar de resolver los desafíos y lecciones que nos esperan en la semana!

P: Según su experiencia, ¿qué es lo que tiene de especial trabajar en el Proyecto Pumalín?

R: Doug es un excelente líder y jefe. El cree y confía en nosotros en base al trabajo que hemos hecho acá y nos da la oportunidad de hacer lo que más nos gusta: trabajar en el campo, cerca de la naturaleza y la vida silvestre. Doug y Carlos Zambrano (administrador del Parque y Proyecto Pumalín) nos dan excelentes consejos, pero también tenemos espacio para trabajar de forma independiente. Realmente sentimos que somos parte de una gran familia de gente motivada y que comparte las mismas ideas.

Hornopirén tiene una casa de campo de madera restaurada, construida hace décadas atrás con el estilo regional, además de refugios para equipos de mantención y caminos interiores que han sido arreglados.

El majestuoso Volcán Hornopirén provee un hermoso escenario para los cultivos de frutos del bosque.

Rejas y caminos construidos en el estilo local tradicional.

Héctor y Nancy venden muchas de las verduras que producen en el mercado local en el pueblo de Hornopirén.

Todo el ganado se cría de manera orgánica y es completamente alimentado con pastos.

El campo produce una amplia variedad de frutos del bosque: arándanos, frambuesas, grosellas, murtas y zarzaparrillas.

¡Un perro dando vigilancia adicional!